lunes, 2 de junio de 2008

DEVOCIÓN A MARÍA (por Javier Ayora)

Doscientos mil libros, rastros documentales de cinco mil apariciones, incontables obras de arte en diferentes estilos, esculturas, pinturas, representaciones iconográficas. La figura de María forma parte inseparable de la Historia. Autores como Vittorio Messori o Silvie Barnay han profundizado en el significado de la devoción mariana. Las inscripciones encontradas en una iglesia sinagoga de Jerusalen, muy anteriores al concilio de Éfeso, que expresan las palabras Kaire Maria, y Virgen Hermosa en armenio antiguo prueban que el culto mariano procede de los primeros tiempos del cristianismo. Las referencias más antiguas de apariciones marianas procederían de Gregorio de Nisa, y habría que tener en cuenta la tradición de la aparición al Apostol Santiago en el Pilar de Zaragoza. La devoción mariana alcanzaría un momento culminante en la Edad Media europea. El Salve Regina se remonta a tiempos de Carlomagno. Es la época de las homilías marianas de San Bernardo de Claraval, de la Orden del Temple y de la caballería espiritual. Una tradición dice que el Císter es un río de oro que sigue los pasos de María. En España es la época de San Fernando y de las Cantigas de Sancta María, de Alfonso X. Santo Domingo de Guzmán y el beato Alain de la Roche extenderán el Rosario. La amplitud de temas relacionados con la mariología hacen que consideremos dos asuntos relacionados con la historia y espiritualidad de la Vera+Cruz de Málaga. Me refiero en primer lugar a la Inmaculada Concepción. Marca un lapso de tiempo amplio en la Historia de España y se inscribe en las polémicas entre maculistas e inmaculistas durante varios siglos. La Inmaculada Concepción fue prefigurada teológicamente por Duns Escoto, defendida por franciscanos, jesuitas, y las órdenes militares (Santiago, Alcántara, Montesa y Calatrava), frente a la postura contraria de los dominicos. Fue aprobada como dogma por Pio IX, y manifestada por la Vírgen durante las apariciones de Lourdes. En una época en que los caballeros hacian el voto de sangre de defender con su vida la verdad de que la Virgen Maria “fue concebida sin mancha de pecado original y no pecó en Adán”, recordamos que la Vera+Cruz defendió la Inmaculada Concepción en la ciudad de Málaga. Este dogma ha sido la razón de ser de algunas órdenes religiosas como las Concepcionistas, o en una época más reciente, los Franciscanos de la Inmaculada de Maximiliano Kolbe.El segundo motivo para contemplar la figura de María desde la Vera+Cruz es el Dolor de Nuestra Señora. La devoción a los misterios dolorosos del Santo Rosario, o al Rosario de los Siete Dolores o Corona Dolorosa, devoción muy extendida entre los servitas, conduce a una meditación de la Pasión de Cristo. Alcanza su expresión más clara en los escritos de San Alfonso de Ligorio, del cual reproduzco los siguientes textos, en los que merece la pena detenernos. El Cuarto Dolor es el encuentro de María con Jesús camino del Calvario. “¡Qué exceso de dolor fue para ella ver los clavos, los martillos y los cordeles que llevaban delante los verdugos y todos los horribles instrumentos para matar a su Hijo!¡Y qué espada para su corazón el oír la corneta que anunciaba la sentencia contra su Jesús!.........Ve a un joven cubierto de sangre de pies a cabeza, con una corona de espinas, con una pesada cruz sobre las espaldas; lo contempla y casi no lo conoce, diciendo entonces con Isaias: No tenía apariencia ni presencia”. “Finalmente se miraron; el Hijo apartándose de los ojos un grumo de sangre que le impedía la visión, como le fue revelado a Santa Brígida, miró a la Madre, y la Madre miró al Hijo. Y sus miradas llenas de dolor fueron como otras tantas flechas que traspasaron aquellas dos almas enamoradas.” Quinto Dolor. La muerte de Jesús.”Apenas llegado al Calvario el Redentor rendido de fatiga, los verdugos le despojaron de sus vestiduras y clavaron a la cruz sus sagradas manos y sus pies con clavos, no afilados sino romos para más atormentarlo, como dice San Bernardo…..Cuantas eran las llagas en el cuerpo de Cristo, otras tantas eran las llagas en el corazón de María. El que entonces se hubiera hallado en el Calvario, dice san Juan Crisóstomo, hubiera encontrado dos altares en que se consumaban dos grandes sacrificios: uno en el cuerpo de Jesús y otro en el corazón de María. Pero más acertado me parece lo que dice san Buenaventura de que había un solo altar, es decir, la sola cruz del Hijo, en la cual, junto con la víctima que era este Cordero divinal, se sacrificaba también la Madre…”Dolores, gozos, glorias, advocaciones, devociones, dogmas, milagros, expresan una profundidad inagotable. La Señora ha estado presente en todos los momentos de la Iglesia, especialmente en los más difíciles. Pues Ella es la Corredentora, Abogada, y Mediadora de todas las gracias. Auxilio de los Cristianos, Madre del Juez que nos va a juzgar, Abogada de todos los juzgados celestiales….
ORA PRO NOBIS.AVE MARIA GRATIA PLENA.
Javier Ayora.
Devoto de Nuestra Señora.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias Javier Ayora, por esta lección de catecismo.

En septiembre espero veros a todos en el triduo, especialmente el día 15 en el besamanos de nuestra Señora.

Un abrazo.